Estimados lectores, “Églogas a San Huberto” no tiene otro fin que no sea poder compartir con ustedes mis dos grandes aficiones: Escribir y la caza. Estas églogas no tienen otro objeto que no sea el de egoístamente, reconfortarme haciendo lo que más me gusta hacer: Escribir, y además hacerlo sobre la caza y el campo.
Ajenas a otras cuestiones como algunos pudieran pensar a priori, estas églogas versaran sobre mis pensamientos, sobre mis gustos, mis deseos, mis sentimientos, mis recuerdos, mis experiencias, pero sobre todo hablaré de mis aficiones, en especial, de mi fascinación por la naturaleza, y mi más que conocida pasión por la caza.
Como buen cazador, soy un enamorado de la naturaleza, de ahí las églogas, que sin ser poemas, pretenderé darle a mis narraciones el mismo ritmo, la misma dulzura y delicadeza que si de poesía se tratara. Por eso he querido titular a mi blog, o mi rincón, como a mí me gusta llamarlo, “Églogas a San Huberto”.
San Huberto es el patrón de los cazadores, cuya festividad se celebra el día 3 de noviembre, y aunque lejana aún esa fecha, mi deseo es conmemorar su patronazgo todos los meses en este blog. Tal vez caiga en la rutina de hablar siempre, o casi siempre, del mismo tema, pero confío que mi columna les resulte amena y entretenida; estoy seguro que les gustará, al menos me conformo con no aburrirles con las divagaciones en las que de vez en cuando me encanta perderme.
Desvelado el “misterio” que guarda el nombre de mi columna, solo queda desvelar el porqué de la misma. Escribir y hacerlo para ti solamente es un tanto egoísta, aunque como antes dije, no menos egoísta es escribir para sentirte bien cuando compartes con los demás tu privacidad, algo tan personal como tus escritos, tus ideas, tus pensamientos. Esa es la satisfacción narcisista del que escribe y publica para que otros lo lean.
Compartir experiencias, vivencias y sentimientos, siempre crea un nexo de unión entre escritor y lector, tanto que a veces el lector es capaz de llegar a conocer al escritor o columnista por sus escritos; espero que así sea, ese es el fin real de esta sección, por eso quiero agradecer el futuro interés que puedan mostrar en mi columna mensual, y ojala ésta sea el germen del que surja ese nexo, esa relación de unión de la que antes hablaba, por lo que como si de un espectáculo circense se tratara, me despido no sin antes invitarles a que pasen y vean, o me mejor dicho, a que pasen y lean mis “Églogas a San Huberto”.
Ajenas a otras cuestiones como algunos pudieran pensar a priori, estas églogas versaran sobre mis pensamientos, sobre mis gustos, mis deseos, mis sentimientos, mis recuerdos, mis experiencias, pero sobre todo hablaré de mis aficiones, en especial, de mi fascinación por la naturaleza, y mi más que conocida pasión por la caza.
Como buen cazador, soy un enamorado de la naturaleza, de ahí las églogas, que sin ser poemas, pretenderé darle a mis narraciones el mismo ritmo, la misma dulzura y delicadeza que si de poesía se tratara. Por eso he querido titular a mi blog, o mi rincón, como a mí me gusta llamarlo, “Églogas a San Huberto”.
San Huberto es el patrón de los cazadores, cuya festividad se celebra el día 3 de noviembre, y aunque lejana aún esa fecha, mi deseo es conmemorar su patronazgo todos los meses en este blog. Tal vez caiga en la rutina de hablar siempre, o casi siempre, del mismo tema, pero confío que mi columna les resulte amena y entretenida; estoy seguro que les gustará, al menos me conformo con no aburrirles con las divagaciones en las que de vez en cuando me encanta perderme.
Desvelado el “misterio” que guarda el nombre de mi columna, solo queda desvelar el porqué de la misma. Escribir y hacerlo para ti solamente es un tanto egoísta, aunque como antes dije, no menos egoísta es escribir para sentirte bien cuando compartes con los demás tu privacidad, algo tan personal como tus escritos, tus ideas, tus pensamientos. Esa es la satisfacción narcisista del que escribe y publica para que otros lo lean.
Compartir experiencias, vivencias y sentimientos, siempre crea un nexo de unión entre escritor y lector, tanto que a veces el lector es capaz de llegar a conocer al escritor o columnista por sus escritos; espero que así sea, ese es el fin real de esta sección, por eso quiero agradecer el futuro interés que puedan mostrar en mi columna mensual, y ojala ésta sea el germen del que surja ese nexo, esa relación de unión de la que antes hablaba, por lo que como si de un espectáculo circense se tratara, me despido no sin antes invitarles a que pasen y vean, o me mejor dicho, a que pasen y lean mis “Églogas a San Huberto”.
Jesús Lara Bueno.
1 comentario:
¡¡Enhorabuena Jesús ¡¡
El blog te está quedando muy bien ...me encantan tus escritos yo antes te leia pero .....sigue asi y nos dejes de deleitarnos con tus magníficas historias ....
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